La naturaleza tiene una manera de sorprendernos con sus impresionantes espectáculos, y una de esas rarezas que deja a los observadores asombrados es el fascinante arcoíris de fuego. Este excepcional fenómeno atmosférico, científicamente conocido como arco circunhorizontal o nubes iridiscentes, es una cautivadora muestra de color que ocurre bajo condiciones muy específicas, lo que lo convierte en una vista sumamente exquisita pero extremadamente poco común en el mundo natural.
Las imágenes capturadas muestran el elusivo arcoíris de fuego, un fenómeno tan poco común que presenciarlo es una rareza en sí mismo. A diferencia de los arcoíris convencionales que conocemos, los arcoíris de fuego son largas bandas de luz colorida cerca de las nubes, que se asemejan a arcoíris en llamas.
La explicación científica detrás de esta impresionante exhibición radica en el arco circunhorizontal, que ocurre cuando la luz del sol interactúa con pequeños cristales de hielo a gran altura. Estos cristales de hielo en forma de placa, que se encuentran a miles de metros sobre el suelo, hacen que la luz del sol se divida en varios colores, creando un impresionante efecto parpadeante en el cielo.
Para presenciar esta maravilla natural, deben coincidir condiciones específicas. Las nubes cirros, que contienen cristales de hielo en forma de placas, deben estar presentes a una altitud de alrededor de 20.000 pies (~6.000 m). Además, el sol debe estar en un ángulo de 58 grados con respecto a estas nubes, permitiendo que se desarrolle la magia del arco iris de fuego.
A pesar de la referencia común a los “arco iris de fuego”, este fenómeno se describe más exactamente como un efecto de halo. El ángulo del sol hace que golpee la parte superior de las placas de cristal de hielo, lo que da como resultado una impresionante variedad de colores visibles desde el suelo.
La rareza de los arcoíris de fuego aumenta su mística. La alineación de las moléculas de agua en una línea horizontal es crucial para que la luz del sol cree este espectáculo encantador. Además, toda la exhibición dura un breve período, generalmente alrededor de media hora, lo que lo convierte en un golpe de suerte para aquellos que tienen la suerte de presenciar esta efímera maravilla de la naturaleza.
En el vasto tapiz de maravillas naturales, el arco iris de fuego se destaca como una obra maestra rara y cautivadora. Su naturaleza esquiva, combinada con las condiciones precisas requeridas para su manifestación, eleva este fenómeno a un reino de extraordinaria belleza. A medida que continuamos desentrañando los misterios de nuestro planeta, el arco iris de fuego sirve como recordatorio de que incluso los momentos más raros en la naturaleza pueden dejar una marca indeleble en aquellos que tienen la suerte de presenciarlos.