Las mantis religiosas son definitivamente gobernantes del mundo de los insectos.
Usando sus mortíferas patas delanteras, que mantienen unidas como si rezaran perpetuamente, pueden desatar la destrucción de cualquier artrópodo involuntario que se interponga en su camino.
Sin embargo, sus tendencias destructivas no se limitan a otros bichos espeluznantes. A veces, las mantis religiosas persiguen un juego mucho más grande, como este desafortunado gecko…
En esta espantosa escena, la mantis religiosa no muestra piedad mientras devora viva a la salamanquesa traumatizada. Esto solo demuestra que tener huesos, un endoesqueleto y una dieta de insectos no te hace inmune a los ataques de los invertebrados.
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Sin embargo, si bien este podría ser uno de los eventos más metálicos en el reino animal, ciertamente no es la única vez que una mantis religiosa ha derribado una presa grande e inusual. Algunas mantis religiosas han sido documentadas derribando colibríes. Otros han derribado a otras mantis, y eso sin mencionar el hecho bien conocido de que las mantis femeninas a menudo comen mantis masculinas antes/durante/después.