Combinación única de árboles y cascadas: es increíble
El Jardín Botánico de Montreal, el tercero más grande del mundo, sigue los pasos de renombrados jardines botánicos como los Kew Gardens de Londres y el Botanischer Garten de Berlín. Desde su inauguración en 1931, este vasto jardín de 75 hectáreas ha florecido hasta convertirse en un paraíso vegetal, albergando decenas de miles de especies en más de 20 jardines temáticos.
El jardín es conocido por su cuidadosa gestión de las plantas con flores, permitiendo que florezcan en diferentes etapas, ofreciendo así un espectáculo visual en constante cambio. Durante los meses de verano, los macizos de rosas son un deleite para los sentidos, brindando un espectáculo de colores y fragancias cautivadores.
Los invernaderos, con su clima controlado, albergan una variedad de flora exótica. Aquí, los visitantes pueden maravillarse con la belleza de los cactus y los plátanos, así como explorar una impresionante colección de alrededor de 1500 especies de orquídeas.
Estos son solo algunos de los aspectos más destacados que ofrece el Jardín Botánico de Montreal. Con su extensa variedad de plantas y su enfoque meticuloso en la presentación y conservación de la belleza natural, este jardín es un destino imperdible para los amantes de la flora y aquellos que buscan conectar con la naturaleza en un entorno mágico y sereno.
El hermanamiento entre Montreal y Shanghái ha dado impulso a la creación de un Jardín Chino en la ciudad. En este jardín se encuentran árboles ornamentales penjing provenientes de Hong Kong, algunos de los cuales tienen hasta 100 años de edad. Una de las características destacadas del jardín es un diseño inspirado en los jardines de la dinastía Ming, que rodea el Lac de Rêve (Lago de los Sueños). Durante el otoño, que abarca desde mediados de septiembre hasta principios de noviembre, el Jardín Chino se viste con su atuendo más exquisito para celebrar el popular evento llamado Magia de los Faroles. Durante esta festividad, cientos de faroles de seda hechos a mano iluminan el jardín al anochecer, creando una atmósfera mágica. Los habitantes de Montreal están profundamente comprometidos con este evento y, a pesar de que se lleva a cabo en un amplio jardín, la afluencia de visitantes puede hacer que se sienta como si estuvieran en una sala llena de gente.
El Jardín Japonés es una atracción muy popular que cuenta con un paisaje cuidadosamente diseñado, pabellones tradicionales, un salón de té y una galería de arte. Sin embargo, una de las principales atracciones del jardín es su impresionante colección de bonsáis, que constituye el bosque de bonsáis más grande fuera de Asia. Los visitantes pueden disfrutar de la belleza y la serenidad de estos árboles en miniatura cuidadosamente cultivados, que reflejan la tradición y la maestría de la jardinería japonesa. El Jardín Japonés ofrece a los visitantes la oportunidad de sumergirse en la cultura japonesa y disfrutar de la tranquilidad y la armonía que caracterizan a estos hermosos espacios naturales.
En la sección norte del Jardín Botánico se encuentra el Pabellón Frédérick Back Tree, una exhibición permanente que explora la vida en el extenso arboreto de 40 hectáreas. Este pabellón alberga diversas exhibiciones que ofrecen una visión fascinante del mundo de los árboles. Entre las exhibiciones destacadas se encuentra la del abedul amarillo, que es parte del emblema oficial de Québec.
El Pabellón Frédérick Back Tree es un lugar donde los visitantes pueden aprender sobre la importancia de los árboles en el ecosistema, su papel en la biodiversidad y su relación con los seres humanos. A través de exhibiciones interactivas y educativas, los visitantes pueden explorar la diversidad de especies arbóreas presentes en el arboreto y comprender su importancia para el medio ambiente.
Además de brindar información sobre los árboles, el pabellón también ofrece una experiencia visualmente impresionante. Los visitantes pueden maravillarse con la belleza de los abedules amarillos, cuyas hojas doradas y troncos plateados crean un espectáculo visualmente cautivador.
El Pabellón Frédérick Back Tree es un lugar que invita a la contemplación y a la conexión con la naturaleza. Los visitantes pueden pasear por los senderos del arboreto, disfrutar de la tranquilidad del entorno y aprender sobre la importancia de preservar y proteger los bosques y su biodiversidad.
El Jardín de las Primeras Naciones revela los lazos entre 11 naciones amerindias e inuit.
Este es un lugar privilegiado para la observación de aves, así que asegúrese de traer sus binoculares. Esté atento a trepatroncos, pájaros carpinteros y jilgueros (entre muchos otros), que visitan las estaciones de alimentación.