Goran Marinkovic, un compasivo ciudadano de Kraljevo, Serbia, estaba dando su paseo matutino habitual para ayudar a los animales callejeros y desnutridos cuando se topó con un espectáculo espantoso. Al llegar a cierto lugar, notó que un perro yacía junto a una zapatilla hecha jirones que parecía un abrigo improvisado. Para empeorar las cosas, Goran descubrió a otro cachorro cerca que había exhalado su último aliento. El cachorro restante parecía haber sido abandonado sin piedad, sin señales de su madre y rodeado de montones de basura y bolsas de plástico. El animal debilitado y exhausto se había refugiado en el zapato.
El chico llevó a la cachorra a un centro veterinario y, tras una serie de revisiones, el personal confirmó que se encontraba en buenas condiciones. La llamó Smesten y desempeñó un papel activo en ayudarla a recuperarse.
Goran se enamoró aún más de la niña cuando comenzó a mostrar su naturaleza traviesa y juguetona.
El adorable perro finalmente capturó el afecto de la mujer después de varios meses, lo que llevó a su rápida decisión de hacerse cargo del compañero peludo.
Smesten encontró un nuevo hogar con una mujer que tenía un fuerte deseo de cuidarla. Ahora vive lujosamente como la realeza.
Coco, la adorable cachorrita, no se parece en nada a la frágil criatura que Goran rescató de un contenedor de basura junto a un zapato. Este encantador canino se ha convertido en un perro feliz y despreocupado que espera ansiosamente cada nueva escapada con sus seres queridos.