Las fresas, conocidas científicamente como Fragaria ananassa, tienen una fascinante historia originaria de Europa y fueron cultivadas por los antiguos romanos. Hoy en día, se cultivan en todo el mundo y muestran rasgos distintivos entre los diferentes tipos. Las fresas silvestres, por ejemplo, pueden ser de tamaño pequeño pero tienen sabores intensos, mientras que los cultivares como “Festival” y “Albion” son famosos por sus bayas más grandes. Cada variedad de fresa posee sus propias características distintivas que la distinguen, ofreciendo una gama diversa y deliciosa de opciones para los entusiastas de las fresas.
Las fresas no solo deleitan nuestras papilas gustativas, sino que también brindan una gran cantidad de beneficios nutricionales que pueden mejorar nuestro bienestar. Una de sus cualidades más destacadas es su alto contenido en vitamina C, que fortalece nuestro sistema inmunológico y promueve una piel vibrante. Además, las fresas son una excelente fuente de fibra dietética, que facilita la digestión, y contienen el mineral manganeso, que es vital para mantener huesos fuertes. Además, si es consciente de su consumo de calorías, las fresas son una opción ideal para la merienda debido a su naturaleza baja en calorías.
Las fresas son una fuerza a tener en cuenta cuando se trata de sus propiedades antioxidantes. Contienen una variedad de antioxidantes como antocianinas y ácido elágico que trabajan juntos para combatir los radicales libres dañinos en el cuerpo, reduciendo potencialmente el riesgo de enfermedades crónicas. Los estudios indican que la incorporación de fresas en su dieta puede conducir a una mejor salud cardiovascular, una presión arterial más baja y una menor probabilidad de desarrollar ciertos tipos de cáncer.